Caldos en cubo: experto advierte sobre riesgos de su consumo excesivo para la salud

Un académico de la UCSC alerta que estos productos contienen altas cantidades de sodio y glutamato monosódico que pueden provocar hipertensión, obesidad y enfermedades renales.

Los caldos en cubo, ingredientes comunes en muchas cocinas chilenas por su practicidad y sabor, pueden representar un serio riesgo para la salud cuando se consumen de manera prolongada y en exceso, según advierte Juan Pablo Amaya, académico de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).

El especialista explica que estos productos contienen diversos ingredientes como extractos vegetales o cárnicos, almidón, aceites, grasa, condimentos y numerosos aditivos entre los que se incluyen colorantes, conservantes y aromatizantes. Sin embargo, hay dos componentes que generan especial preocupación: el sodio y el glutamato monosódico, ambos presentes en altas concentraciones.

"Un solo cubo de caldo puede aportar entre un 25% y un 50% de la ingesta diaria recomendada de sodio", señala Amaya. Este consumo excesivo está "directamente asociado a enfermedades como la hipertensión arterial, que es un factor de riesgo para accidentes cerebrovasculares, además de enfermedades renales, ciertos tipos de cáncer, obesidad e incluso osteoporosis".

A estos efectos se suma el uso habitual de aditivos, cuya ingesta fuera del rango recomendado puede generar reacciones adversas, especialmente en personas con predisposición a alergias. "Es importante considerar que estos compuestos pueden causar síntomas inespecíficos como cefaleas, náuseas y reacciones alérgicas", explica el nutricionista.

Como alternativa más saludable, el académico recomienda utilizar caldos caseros preparados con menor contenido de sal y acentuados con condimentos naturales o con sustitutos de la sal bajos en sodio, aunque advierte que estos últimos "están contraindicados en patologías con riesgo de niveles elevados de potasio en sangre (hiperpotasemia)". También sugiere optar por caldos comerciales que sean "bajos en sodio, sin aditivos y bajos en grasas".

El especialista hace un llamado a los consumidores a revisar detenidamente el etiquetado nutricional de estos productos y optar por alternativas que promuevan una cocina consciente que proteja la salud cardiovascular y metabólica.