Flores nativas de primavera: Añañucas, huilli y siemprevivas transforman el paisaje chileno

La estación que comenzó el 22 de septiembre trae consigo la floración de especies endémicas como la añañuca, el huilli y la siempreviva, además del esperado fenómeno del desierto florido en el norte del país.

El pasado 22 de septiembre, a las 15:19 horas, comenzó oficialmente la primavera en Chile, marcando el inicio de una temporada que transforma el paisaje nacional con la floración de diversas especies nativas. Entre las flores que señalan el comienzo de la estación, destacan la vibrante Siempreviva arbórea, la elegante Capuchina y la emblemática Aliso de mar.

Flores emblemáticas de la primavera chilena

La Añañuca es quizás una de las flores más icónicas del norte de Chile, pero también se encuentra en algunos rincones de la cordillera de la Región Metropolitana. Con sus flores de un intenso color rojo, esta planta se adapta a terrenos difíciles y su floración es breve pero impactante.

El Huilli es una planta nativa endémica de Chile, sus flores poseen una gran variedad de hermosos colores que van desde el blanco al morado intenso, por lo que tienen un alto valor ornamental. Esta especie, al igual que otras bulbosas chilenas, representa un patrimonio floral poco conocido.

El espectáculo del desierto florido

Uno de los fenómenos más esperados de la primavera chilena es el desierto florido en el norte del país. La floración comenzó desde la tercera semana de septiembre y se extenderá hasta noviembre, siempre que se mantengan las condiciones de temperatura y humedad adecuadas. Según las estimaciones de las autoridades, el verdadero peak se dará durante las primeras semanas de octubre.

Entre las más llamativas están la añañuca, la pata de guanaco, la Copiapó y la margarita del desierto. Durante estas semanas, insectos, aves y pequeños mamíferos aprovechan la abundancia de alimento, reactivando un delicado equilibrio ecológico que solo se da en esta parte del mundo.

Momento ideal para plantar

En Chile, la primavera va desde septiembre hasta diciembre y es una época perfecta para plantar flores que crezcan durante el verano. Entre las más populares para plantar en primavera se encuentran las dalias, los lirios, los narcisos y los tulipanes.

La primavera chilena embellece el paisaje y representa un período crucial para la biodiversidad nacional, donde especies endémicas demuestran su adaptación a los diversos climas del territorio, desde el árido desierto de Atacama hasta los bosques templados del sur.